domingo, 22 de marzo de 2009
Save the newspaper
"Junto a la iglesia Episcopal de la Trinidad, situada en el corazón financiero de Wall Street, hay un cementerio donde están enterrados algunos próceres del pueblo norteamericano. Subido a un cajón de Coca-Diet, en la puerta de la iglesia labrada con figuras de bronce que representan a Adán y Eva expulsados del paraíso, un sujeto desnudo bajo un pellejo de cabra y con una bandera de barras y estrellas en la mano de cuya asta pendía un gato muerto o anestesiado predicaba un final aterrador para la economía del mundo. "Oíd lo que dice el Señor", gritaba a la manera de un profeta muy airado. Un río de gente silenciosa con el espíritu en la punta de la nariz discurría por la acera sin volver el rostro hacia sus palabras de fuego; sólo le atendían algunos ejecutivos reclinados en las lápidas ennegrecidas del cementerio de la Trinidad, que a esa hora extraían un sándwich de atún de la bolsa de papel marrón y lo devoraban con saña. La voz de este sujeto arañada por el polvo de un lejano desierto describía un terrible panorama: han caído ya las torres más eminentes, la altivez de los magnates ha sido humillada, los ídolos de oro ya no existen, el dinero se ha convertido en escoria y los perros hartos de rapiñas ya no pueden ladrar. Pero en el futuro sucederá algo más horrible todavía, siguió clamando la ira de este profeta. Tarde o temprano esta crisis económica pasará y sobre una enorme extensión de bancos quebrados, empresas arruinadas, negocios hundidos y millones de parados, como en un campo de humeantes despojos, un día volverá a brotar la euforia debida a la inevitable codicia humana. Dentro de unos años, las orugas y hormigoneras reemprenderán la marcha allí donde dejó el tajo la especulación y en el extrarradio de las ciudades se extenderá hasta el mar un horizonte de grúas, de las cuales colgarán otra vez dioses con huevos de oro, pero después del baile volverá el castigo, y aún será peor la ruina. Con el sándwich en la mano, uno de los ejecutivos preguntó sin ocultar una morbosa ilusión: ¿Cuándo llegará la próxima codicia y comenzará de nuevo el baile? El profeta contestó: cuando los prohombres enterrados bajo vuestro trasero ordenen a las ratas que vuelvan a ocupar sus puestos en las altas finanzas."
Manuel Vicent- 'El País', 22 de marzo de 2009.
Atención: el género periodístico está en peligro de extinción.
El sol matutino de un primaveral domingo bañando páginas de letras al son de un buen café caliente. Puedo contar con los dedos de las orejas las veces que un joven trasciende la sección de deportes, ...y creer que lea la sección de deportes es ser ya muy optimista (¡gracias televisión!). Fiel periódico, tras dejar un sonoro hueco en el mundo de la enseñanza y la cultura, se gana la vida cubriendo rayolas, con un poco de suerte parquet, ya sea porque tras años de insistencia hemos logrado pintar el comedor o porque mamá (pocas veces papá) ha fregado el pasillo, ¡su vida está por los suelos!
Manuel Vicent es un solemne columnista cuya ironía no deja impasible a nadie. Una vez más, simpatizo con él: 'El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra', y si padecieron años atrás el crack del 29, lloramos la crisis 80 años después. Personalmente, me considero inmune a ella, y no por exceso de dinero, sino por falta de él. No notamos la crisis porque siempre hemos estado en crisis, la clase obrera y tal. Los ricos son un poco menos ricos, y los pobres seguimos siendo pobres, pero con menos ambición, aspiraciones y ilusión por dormir algún día entre paredes de oro.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl periódico es bueno..siempre y cuando te leas todos los que sacan para comparar opiniones.. Dado que ninguno es objetivo y cada uno tira notablemente hacia una ideología política... Y no hay cosa que más aborrezca. Al igual que con los canales de televisión. Es que da gusto poder informarse objetivamente eh..
ResponderEliminarPD: Yuu viene de un juego de la playstation, final fantasy X (10), una de las protagonistas se llama Yuna, y el uso que le di en juegos, foros, etc, hizo que me abreviaran cariñosamente Yunny, pero al confundirme con otra (Yuni), terminaron por llamarme Yuu =)
Bueno, el género periodístico está en peligro de extinción porque hoy en día en el periódico escribe cualquiera, aunque no sea periodista... simplemente suelen poner a alguien polémico que habla y opina, muchas veces sin entender.
ResponderEliminarYo suelo ser lector dominguero de la columna de Manuel Vicent en el Pais en su ultima pagina. Me gusta su estilo, del siglo de Oro, unido con el preciosismo de Balzac y un toque de la generacion del 56.
ResponderEliminarUn Saludo.